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lunes, 11 de enero de 2016

Viaje a la nieve


Estas navidades fui con mis hermanos a ver la nieve hasta el último pueblo de la ribera del río Torío, Piedrafita.

Estas fotografías muestran el paisaje de una bonita mañana de invierno. Salimos desde León a eso de las diez y media.

martes, 29 de septiembre de 2015

Telesilla biplaza de Riopinos


En la estación invernal de San Isidro se encuentra este telesilla de Riopinos, que asciende desde los 1.675 hasta los 1.980 metros.

lunes, 1 de abril de 2013

La Candamia

La ciudad de León se asienta en una suave loma que separa el río Bernesga del río Torio. En la margen izquierda del Torío una escarpadura separa el valle del río de una pequeña meseta conocida con el nombre de La Candamia. En su cima se asentaba el barrio Judio que llegaba hasta Puente Castro. También se han encontrado enterramientos astures en sus laderas.

Desde sus alturas la Candamia ofrece una buena panorámica hacia el noroeste. Además de la vista de la ciudad de León, desde Villaquilambre hasta Onzonilla, mientras se camina entre las encinas, se puede ver el Polvoreda y otros picos de la cordillera.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Carteles informativos

Estas navidades estaban preparando estos bonitos carteles informativos al lado del polideportivo. Entiendo que en su momento se colocarán en los puntos en los que se inicien estas rutas por el municipio. Una iniciativa muy interesante y que hemos de celebrar.

La ruta correspondiente a los pueblos de La Valcueva - Palazuelo es la del bonito valle intermedio de Vallesalinas. En la actualidad a este lugar no es muy recomendable ir ya que los perros del rebaño de cabras de un vecino del lugar pueden llegar a se hasta peligrosos. Están solos en el monte guardando el rebaño y no dejan acercarse ni a 700 metros, lo que impide que se pueda ir por el camino del valle.

El Valle del Silencio, en Robledo de Fenar, es una zona entre Robledo, Orzonaga y Solana. En lo alto no hay mucha vegetación y el paseo es cómodo. Hasta llegar allí se puede ir por las pistas forestales.

Los paseos cerca de Robles de La Valcueva son los de mi infancia. Salíamos de casa cruzábamos el prado de Segundo, la vía del Hullero y estabamos en el monte (Todo ello 100 metros).

Hasta los años 50 y primeros 60 hubo muchos hornos de cal en la zona. De ellos quedan algunos restos y las escombreras y canteras de donde se extraía la piedra.

En Matallana y Orzonaga comenzó la explotación de carbón en el municipio. Es por ello que aun se conservan muchos restos de escombreras.

martes, 21 de agosto de 2007

Correcillas

Aquí estamos en el camino de Correcillas hacia Cueto Salón en una bonita mañana de agosto. Nos hemos encontrado un pastor en el pueblo que nos indica como llegar. Nos dice que tiene un rebaño de cabras, pero que los perros no nos molestarán.

Hablamos de ganado y de los otros ganaderos de la zona. Nos explica que muchos días ha de ir por el monte para saber por donde se mueven sus cabras.

Le dejamos y enfilamos monte arriba haciendo algunas fotos.

Llegados a las campas de encima del pueblo comprobamos que, o bien el pastor nos mintió, o nosotros somos muy miedosos, pues cuando se nos acerca ladrando uno de los mastines, optamos por enseñarle las cachas y retroceder todo lo rápido que podemos.

Al cambiar de rumbo llegamos a unas praderas con abundantes magüetos, en el límite con el terreno de Aviados.

El indicador rústico nos indica el rumbo para llegar a Valdorria, a Correcillas y a Aviados.

Volvemos hacia el pueblo de Correcillas por el camino que lleva de ésta a Valdorria.

Por el camino le vamos haciendo fotos a las flores del rosal silvestre. El fruto de este rosal es el escaramujo que nosotros llamamos picaculos.

Cerca ya del pueblo nos encontramos con este personaje que no es pastor pero lo parece.

Al fondo se entrevé el valle que lleva desde Correcillas al Puerto del Marqués.

Subiendo frente a Serrilla

De buena mañana nos hemos ido a Matallana, enfrente de Serrilla. El objetivo: ir subiendo monte arriba, hasta llegar a Cueto Salón. Toda esta ladera esta llena de refugios de las trincheras de la Guerra Civil. Durante un tiempo esta era la frontera entre la zona republicana, al norte, y la nacional, al sur. Se supone que este paso estrecho tenía alguna importancia estratégica.

De jovenes habíamos hecho esta excursión con algún amigo, pero ahora las urces, escobas, zarzas y retoños de robles impiden avanzar.

A una hora prudente nos dimos cuenta de que la empresa resultaba imposible y agotadora y decidimos volver a bajar.

Sobre la marcha decidimos intentar llegar a Cueto Salón desde el otro lado: Correcillas.

Las vistas desde arriba de estos parajes hacen que el paseo no sea un rotundo fracaso.

Aquí podemos ver a uno de los paseantes sobre el vacío.

A continuación se puede ver el pueblo de Serrilla desde lo alto.

Y de nuevo en la carretera.

Cogemos la carretera de Villalfeide y Correcillas...

sábado, 7 de octubre de 2006

Entre corales y carbón

Entre corales y carbón

Un agradable paseo a pie por el sendero señalizado de la Vía Bardaya, en la provincia de León

JAVIER PRIETO/VALLADOLID

Viernes, 13 de octubre de 2006

En marcha: Hasta el barrio de la estación de Matallana de Torío puede llegarse desde León por la LE-311 que enlaza con Vegacervera y Cármenes.

El paseo: Bien señalizado en su totalidad, recorre parte del antiguo trazado del ferrocarril por el que se extraía el carbón de la mina Bardaya, en la cuenca del Torío. Tiene un trazado circular con inicio y final en el barrio de la Estación de Matallana de Torío. Recorre un total de 9,5 km, sin apenas desniveles y de escasa dificultad, que pueden hacerse en unas tres horas.

Información: Este recorrido ha sido señalizado por el Centro de Desarrollo Cuatro Valles, que también tiene editado un folleto con éste y otros senderos: tel. 987 58 16 66. Web: www.cuatrovalles.es.

Dormir: Tel. de información turística institucional: 902 20 30 30.

Algunas veces el asombro es de tal calibre que ni palpando llega uno a creerse lo que tiene ante las narices. O bajo los pies. Así sucede en uno de los rincones por los que discurre este paseo de riberas y minas fantasmales. De hecho, si no es por el panel explicativo plantado a la vera del sendero, el caminante incauto pasaría de largo pensando que las pedreras que caen por su derecha son meros desmontes causados por la erosión y la avaricia prospectiva de quien anduvo por estos lares exprimiendo carbón hasta de la ropa que colgaba en los tendales.

Pero no, la mesa informativa lo deja bien claro: las paredes que rompen junto al camino son los restos evidentes de un cálido mar de corales, esponjas y algas que vivían aquí su apacible vida cuando la plataforma continental que hoy es la provincia de León se encontraba situada 8.000 kilómetros más al sur, formando parte de un lecho marino tropical de aguas cristalinas, oxigenadas y limpias. De eso hace entre 358 y 375 millones de años, para ser precisos. Y basta trepar unos metros para pasmarse con la filigrana de gravilla compuesta de bracitos de coral, amontonados y desmembrados como si fueran cereales listos para el desayuno de un dinosaurio. Este es, sin duda, uno de los principales alicientes para echarse a andar por el sendero señalizado de la Vía Bardaya.

Se trata, además, de una forma estupenda de explorar las orillas de un río Torío que vivió en primera fila los momentos de máximo esplendor de la minería hullera leonesa. No en balde, la ruta discurre por la caja de las vías que bajaban el carbón desde la mina Bardaya hasta la estación de Matallana, para que el tren de La Robla lo acercara a los Altos Hornos de Vizcaya y terminara echando chispas en los fogones de la siderúrgica.

Este viaje, mucho más apacible y apetecible, da comienzo en el barrio de la estación de Matallana. Nada más cruzar la vía, si se llega desde León, un panel junto a la carretera ofrece toda la información del recorrido. Unos raíles semienterrados ayudan a identificar el arranque del paseo. Son los últimos metros de vía que se conservan de una las minas más veteranas e importantes de la cuenca medía del Torío. En los años cincuenta del siglo pasado cerca de 500 mineros acudían cada día a trabajar en sus galerías.

El paseo, que no tiene pérdida en ningún momento, alcanza el yacimiento de corales un kilómetro y medio después de empezar y prosigue luego hacia Matallana de Torío. El tramo de ida finaliza al alcanzar la desviación hacia Villalfeide. No así la vía Bardaya, propiamente dicha, cuyo trazado puede seguirse hasta la misma explotación, en las faldas del pico Polvoreda.

Pero el paseo señalizado gira en ese punto para iniciar el tornaviaje por la orilla opuesta del Torío no sin antes detenerse en dos rincones destacables: la iglesia de Villalfeide, de traza románica, dos bellos capiteles en su interior y muro con calaveras encastradas, y el puente medieval por el que el paseo cruza también el río.

Ermita de San Roque

Ya del otro lado, no hay que equivocar el rumbo al alcanzar, trescientos metros después, el puente por el que llega la carretera. El paseo continúa por la calle en ligero ascenso hasta enlazar, doscientos metros más allá, con el camino que corre de nuevo en paralelo a la vega.

Sin otra preocupación que seguir el camino bien marcado que se lleva, queda disfrutar con el paso a través de un espeso monte de roble melojo hasta topar con la ermita de San Roque. Unos metros más allá otro puente lleva la caminata hasta la LE-311. Aunque la ruta señaliza la llegada al punto de partida por la misma carretera, la mejor opción es retomar la vía Bardaya que corre en paralelo a la carretera, pero por detrás de las casas.

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C/ Vázquez de Menchaca 10, Polígono de Argales, 47008 Valladolid