Este es el argumento de la película Sor Citroën:
Una comunidad de monjas que dirige un orfanato de niñas decide modernizarse. Para ello compran un Citroën 2CV. Se decide que la hermana Tomasa, recién llegada desde La Robla, en donde su padre ejerce de jefe de estación del hullero, sea la que aprenda a conducir. En un principio no se le da muy bien, poniendo en peligro en varias ocasiones el tráfico. Cuando consigue que le den el carné de conducir, por miedo del examinador a volver a montarse con ella, junto a la hermana Rafaela se dedica a ir con el coche pidiendo caridad para el orfanato por las calles de Madrid.