El centenario tronco que custodiaba la iglesia parroquial de Boñar, símbolo de la villa, en enero de 2016 fue talado.
La retirada se realizó después que el tronco se desplomase, quizá debido a las lluvias caídas, que provocaron su aumento de peso con el agua y hacer que los restos del malogrado árbol no resistiesen más.
En su desplome, provocó algunos daños materiales, al llevarse parte de la cornisa de la iglesia. Los vecinos de la villa no tardaron en congregarse en torno al afamado negrillón para intentar hacerse con un trozo del mismo antes de su completa desaparición.
El árbol, que databa del siglo XVI, enfermó y murió de grafiosis en la década de los años 80.