Esta fotografía apareció en un artículo sobre el ferrocarril de La Robla en la revista francesa "La vie du rail" del 2 de marzo de 1969. En ella aparece la locomotora Nº 24 "El Esla", construida en 1892. Por aquellas fechas llevaba trabajando cerca de 80 años.
martes, 17 de septiembre de 2013
jueves, 12 de septiembre de 2013
las casas se hunden por el tejado
En esta casa vivieron mis abuelos y nació mi madre. Hoy es una ruina que tiene el tejado hundido y amenaza con llevarse consigo las paredes.
Todo comienza con unas tejas que se mueven o se rompen con la nieve o el viento. El agua que entra moja la madera y esta se tuerce y al final se pudre. El tejado se deforma y las tejas se mueven aun más, dejando entrar agua en grandes cantidades.
El peso de la estructura del tejado y las tejas retuercen las paredes y las hacen caer.
En el interior de la casa se acumula mucha humedad y esto facilita el crecimiento de árboles.
Las raíces de los árboles y de otras plantas colaboran en los trabajos de destrucción del edificio.
Elementos ferroviarios
A la salida hacia el sur de la estación de Matallana, en el ferrocarril de La Robla, se encuentra primero un puente sobre el río Torío y después un desvío hacia La Robla.
Este puente se abrió al tráfico el 12 de noviembre de 1892. El tramo metálico fue construido en los talleres de Zorroza y la obra de fábrica corrió a cargo de Teodoro de Ortueta.
El desvío se construyó en 2007 en Amurrio.
La vía que hoy se usa se construyó en ENSIDESA en octubre de 2007.
El carbonero en Matallana
Las GECos, como se conoce habitualmente a estas locomotoras (Del acrónimo General Electric Company, de su fabricante.) fueron adquiridas como parte de un plan de modernización según el cual Ferrocarriles de La Robla preveía suprimir definitivamente la tracción vapor, ya que las locomotoras diésel recibidas hasta ese momento (1000 Alsthom y 1150 Creusot) eran insuficientes tanto en número como en potencia para cubrir el tráfico. En octubre de 1964 se contrató su compra con la empresa General Electric Company, por un coste de 1.325.660,34 $. Estas locomotoras pertenecen al modelo unificado U-10B de esta empresa en su versión de vía métrica. Este modelo ya circulaba por líneas de diversos países del mundo con unos resultados excelentes.
Las seis primeras locomotoras son embarcadas ya en diciembre de 1964, y las cuatro restantes en marzo de 1965. Desde su llegada formaron la espina dorsal del hullero, acabando con la tracción vapor en su línea principal, quedando ésta reducida a pequeños ramales mineros. Desde el primer momento se hicieron con el aprecio de los ferroviarios, dada su comodidad, fiabilidad y estabilidad, y también de los aficionados, a causa de su gran espectacularidad en la marcha. Son conocidas por los ferroviarios como Amarillas o Americanas, apelando el primer apodo a su decoración durante sus primeros años y el segundo a su origen.
Cuando la empresa pasa a manos de FEVE, en 1972, todo su parque motor, entre este las 1500, pasa también a la empresa estatal, cambiando su numeración primaria 501-510 a 1501-1510, siguiendo el orden original. Al contrario que otras locomotoras, como las Alsthom, las Creusot o los Tractores, las Americanas conservaron su decoración original aún formando parte del parque de vía estrecha.
En 1987 sufren su primera reforma desde su llegada a España, en la que se les sustituye el motor original Caterpillar 398B de 1050 CV por otro Caterpillar, el 3512 de la serie 65z, también V12, pero que rendía una potencia de 1300 CV. Por este tiempo algunas de las locomotoras pierden por primera vez su decoración original de Robla por la habitual por entonces en las locomotoras de FEVE, con fondo blanco y franjas granates y naranjas horizontales.
En la actualidad continúan haciendo muchos servicios, entre otros, el de los carboneros entre La Robla y Guardo.