Detrás de lo que fue la casa de Segundo, en el camino de la piscina, nos hemos encontrado esta cigüeña picoteando la hierba.
Detras de la sebe quedaba bastante disimulada.
Al poco tiempo desapareció.
Hemos ido a dar un paseo por el pinar de Otero de Curueño. Mi hermano, que en sus ratos libres busca setas, se pierde por aquí de vez en cuando. Yo no busco setas pero me gusta meterme entre los pinos.
Hacia el norte los picos de caliza están nevados.
Enfrente del pinar está también el camino que lleva al cercano pueblo de Ranedo de Curueño.
Aquí se puede ver una vista de la entrada del pinar.
A la sombra de los pinos la vegetación es escasa y se anda bien.
¡Que derechos que crecen estos árboles!
Al lado de la carretera pasa la vía del hullero. La barandilla verde es del camino de Ranedo.
Y esto último está cerca de una pequeña finca de la familia en donde hace años mi hermano y mi tío habían plantado pinos y nogales. Las cabras los rebecos no dejaron nada. Las escobas y las urces si que crecen.