El sábado 22 de marzo, y de resurrección, comenzó a nevar en el norte peninsular, en la montaña leonesa y en mi pueblo, el Barrio de la Estación de Robles de la Valcueva. Por la mañana no parecía que la cosa fuese en serio. Empezó a cuajar por los tejados a eso de las cinco de la tarde.
Al día siguiente amanecimos con una nevada de 35 centímetros de nieve primaveral blanquísima.
La noche del sábado ya pasaron las máquinas quitanieves y volvieron a pasar varias veces antes de que se tomase esta fotografía, pero en el paso a nivel del ferrocarril de la FEVE, para no llevarse las vías, levantaron la cuña y dejaron un chipi chape de nieve batida con el polvo de la carretera.
De buena mañana los operarios del Ayuntamiento trabajaban con una pala para limpiar las calles que salen de la carretera que nos hace de calle principal (Antes era la carretera León-Collanzo y desde hace años la Avenida de la Constitución).
Por cierto, esto lo escribo desde mi otro pueblo, Cerdanyola del Vallès. Aquí no nieva ni ha nevado. Parece ser que llovió dos dias esta Semana Santa, pero no conseguirá acabar con la sequía.