Castillo de Ponferrada

Una vez acabada nuestra etapa del Camino de Santiago paramos en Astorga y seguimos hasta Ponferrada.

Templum Libri, biblioteca museo de facsímiles.

Desde Biblias mozárabes, beatos y libros de horas hasta la primera guía para peregrinos -"el Códice Calixtino -", atlas, bestiarios y lujosas ediciones del siglo XX con ilustraciones de Dalí, Chillida y Picasso. El Castillo de los Templarios de Ponferrada acoge desde ayer la mayor colección de libros facsímiles, obra gráfica y de autor de todo el mundo, bajo el nombre de Templum Libri.

Se trata de una colección de cien obras, cedidas por el berciano Antonio Ovalle, que se exponen en dos de las salas de la zona del Palacio de la fortaleza, dividiendo la religiosidad y el humanismo. En la primera sala, los visitantes se encontrarán con libros religiosos, de horas -"encargos de reyes y nobles para recoger oraciones-" y beatos -"comentarios del monje Beato de Liébana a los libros del Apocalipsis-". En la segunda, las vitrinas exhiben códices antiguos y modernos, altas, portuarios y láminas cartográficas, así como enciclopedias animalísticas, botánicas, bestiarios, tratados de ciencia. Las obras gráficas de Picasso, Chillida y el Quijote ilsutrado por Dalí conducen al visitante a la última obra de la exposición, con cargado sentido metafórico: el Libro de la Suerte , que pertenece a la Biblioteca Imposible del editor Panini.

Los facsímiles son obras de gran valor, que reproducen las piezas originales hasta el detalle, y su tirada es muy limitada, ya que ninguna supera los 1.000 ejemplares, comentó el director de los museos, Javier García Bueso. Además, esta exposición tiene el valor añadido de contener los primeros volúmenes de estas ediciones, que pueden alcanzar en el mercado precios de hasta 30.000 euros.

El discurso expositivo tiene mucho que ver con la ciudad y con la historia del Bierzo, ya que los libros se exhiben abiertos por páginas clave, con referencias a Ponferrada, como el Códice Calixtino . Las audioguías, los paneles informativos y las pantallas táctiles en las que los visitantes podrán recorrer virtualmente las páginas de las obras completan la exposición, decorada con las propias ilustraciones de algunos libros, como dos grabados de Picasso.