lunes, 4 de octubre de 2004

Carpinterías

Entre el conjunto de carpinteros, el oficio de carrero era de los más especializados dentro del mundo rural. De su taller salían todo tipo de carruajes y entre éstos, vagonetas para minas. Trabajaban con maderas resistentes como el roble, el negrillo y el fresno. Para los cubos de las ruedas disponían de tornos y eran hábiles carpinteros a la hora de ensamblar maderas. Disponían de fragua propia en la que daban forma circular a las llantas de hierro, soldándolas por el método de las "caldas", consistente en calentar los dos extremos y juntarlos forjándolos a la vez, añadiendo sal de borax en la zona de unión.

Para colocar la llanta sobre la rueda, primero se calentaba en una hoguera para que, dilatándose, entrase con facilidad y rápidamente se enfriaba en agua para no quemar la madera y al contraerse abrazaba con fuerza la rueda. Con el tiempo las maderas se secaban y se aflojaban, por lo que se tenían que acortar las llantas para volver a calzar las ruedas.

Carrero de la montaña a principios del siglo XX.

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