viernes, 24 de enero de 2025

Canseco, el valle secreto del Alto Torío

Canseco, el valle secreto del Alto Torío

Nace el Torío en las altas tierras de La Mediana, esa comarca central de Los Argüellos tan olvidada y relegada en el silencio, que manda sus frías aguas hacia el Sur, para que unos cuantos kilómetros más abajo, la ciudad de León pasee por su ribera antes de que se una a su hermano y vecino río Bernesga.

Nace y corre el Torío entre praderas y nieblas venidas desde los valles asturianos de Aller. Se desliza entre truchas y pezuñas de caballos, vacas y ovejas hasta llegar a Pontedo, pueblo guapo , hoy, al borde de la despoblación, pero que sus escudos en las fachadas atestiguan mejores y prósperos tiempos pasados.

En Pontedo, el Torío que desciende de Piedrafita se encuentra con otro río que a punto está de disputarle el nombre que más abajo pone apellido a todos los pueblos ribereños. Es el río de Canseco, que desciende solo y despreocupado por el valle en el que solo un pueblo tiene el privilegio de ser dueño y señor de todo su espacio natural: Canseco.

A Canseco se llega, si la nieve lo permite, por una estrecha carretera que se cuela entre unas pequeñas foces que sirven de puerta a uno de los valles cantábricos más hermosos de la cordillera.

Limitado al norte por las alturas del Pico Huevo, el Valle de Murias y La Collaona que da paso a tierras asturianas de Rioaller, Canseco reposa entre praderas dividido en dos por el río Cansequillo y a su vez  separado en varios barrios, destacando el de la vega, donde se encuentra una vieja Torre con una antigua leyenda bajo sus piedras, y  Palombera, donde se halla su bella iglesia, todo un ejemplo de la riqueza de estos pueblos de arrieros comerciantes.

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