El centenario tronco que custodiaba la iglesia parroquial de Boñar, símbolo de la villa, en enero de 2016 fue talado.
La retirada se realizó después que el tronco se desplomase, quizá debido a las lluvias caídas, que provocaron su aumento de peso con el agua y hacer que los restos del malogrado árbol no resistiesen más.
En su desplome, provocó algunos daños materiales, al llevarse parte de la cornisa de la iglesia. Los vecinos de la villa no tardaron en congregarse en torno al afamado negrillón para intentar hacerse con un trozo del mismo antes de su completa desaparición.
El árbol, que databa del siglo XVI, enfermó y murió de grafiosis en la década de los años 80.
El 13 de agosto de 2018 se inauguró la escultura en el lugar del antiguo negrillón.
La obra consiste en una talla de aproximadamente nueve metros de altura y que está realizada en acero de categoría especial tratado con colores originales y con varias vitrinas que acogerán el alma del Negrillón, es decir, restos de madera y de la corteza del antiguo árbol caído en la mañana del 5 de enero de 2016.
En esta obra, que ha tenido un coste de unos 130.000 euros, existe una cristalera en su base donde los vecinos y visitantes podrán observar algunas de las raíces del árbol original, todo ello iluminado de manera espectacular, junto al resto de la escultura, para poderse observar desde cualquier angulo de la plaza que lleva su nombre y donde se asienta la popular parroquia de San Pedro.
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