jueves, 22 de octubre de 2020

Superfosfatos Hijos de Mirat

S.A. Mirat es una empresa española fundada en 1812 en Salamanca y dedicada fundamentalmente a la producción de abonos y fertilizantes. Actualmente es una de las 100 mayores empresas de Castilla y León y la mayor de Salamanca, dentro del sector agropecuario.​ 

Dentro de las divisiones del grupo destaca Vitaterra, el mayor fabricante español de abonos y fertilizantes de jardín.

Sus instalaciones son el único exponente bien conservado de la industria salmantina del siglo XIX, además su interior conserva los restos del Monasterio de Nuestra Señora de la Victoria perteneciente a la Orden de San Jerónimo, de finales del siglo XV.​

Los prolegómenos del inicio de la actividad de la factoría Mirat en Salamanca, se remontan al año 1812, en que Gregorio Mirat estableció la fabricación de almidones. A partir de 1876 se utilizan otros productos como el superfosfato de cal,  la potasa y el sulfato amónico. Parte de su materia prima se recibía de la mina Constanza de Logrosán , a través del ferrocarril de Plasencia a Astorga ( Oeste de España), en la estación de Salamanca.

La mejora en los cultivos que se consiguió con el empleo de los abonos complejos de tipo N-P-K propició que el mercado de MIRAT Fertilizantes se haya ido extendiendo hasta alcanzar las más de 19 provincias en las que hoy se utilizan sus productos.

Otra de las sociedades desde la que se ofrecen actividades relacionadas con el campo como la comercialización de cereales, la fabricación de fertilizantes líquidos y la distribución de fertilizantes, en general, así como la multiplicación de semillas es Leonesa Astur de Piensos (LESA).

miércoles, 21 de octubre de 2020

El fielato

 El fielato era el nombre popular que recibían las casetas de cobro de las tasas municipales sobre el tráfico de mercancías, aunque su nombre oficial fuese el de Estación Sanitaria de Abastos, ya que además de su función recaudatoria ejercía un cierto control sanitario sobre los alimentos y mercancías que entraban o se vendían en las localidades.

El término fielato procede de fiel o balanza que antiguamente se usaba para pesar los productos y cobrar así las tasas correspondientes. Más de cien años estuvieron estos edificios aduaneros vigilando los trasiegos de mercancías por todos los pueblos y la mayor parte de las ciudades españolas.