sábado, 30 de octubre de 2021

Dominicos leoneses

JOSÉ LÓPEZ TASCÓN


            Nació en Aviados (León) el 3 de marzo de 1896, bautizado al día siguiente, confirmado el 11 de agosto de 1897; tuvo otro hermano dominico, el P. Manuel; a los doce años ingresó en la escuela apostólica de Corias (Asturias), devoto, formal y estudioso; tomó el hábito el 24 de agosto de 1913 junto con dos futuros maestros generales de la Orden: Manuel Suárez y Aniceto Fernández; profesó el 30 de agosto de 1914 en Padrón (La Coruña), estudió filosofía en Corias y teología en Salamanca, presbítero el 19 de febrero de 1921, hizo estudios complementarios de literatura en la universidad central de Madrid; publicó artículos en revistas científico-literarias; en la década de 1920 enseñó en los colegios de Oviedo y Vergara (Guipúzcoa), hacia 1930 lo asignaron a Madrid, convento de Atocha. Trabajador, amable, reservado, recogido, devoto y estudiosísimo, compañero ideal y afable.

            Con gran aceptación de lo que Dios dispusiese, no se alteraba por las circunstancias que atravesaban y se avecinaban; el 20 de julio, tras el asalto al convento de Atocha, en la calle de Granada, lo hirieron gravemente en la región epigástrica con salida de bala por la región lumbar; sus palabras fueron éstas: «Dios os perdone como yo os perdono». Herido y sangrando, acompañó al resto de religiosos que condujeron al cuartelillo de Abtao y a la dirección general de seguridad para encerrarlos en el calabozo, allí se desangraba y perdía el conocimiento hasta que, personal de la Cruz Roja, lo condujo al día siguiente, 21 de julio, a un hospital, situado en la calle Navas de Tolosa, donde dio muestras de resignación y aceptación del sufrimiento; lo atendió una dominica de la Anunciata, hermana Dolores Robinat, y le administró los sacramentos el P. Nicanor Menéndez, O.P.; quedó transformado y lleno de paz, alegría y fortaleza. Murió, a los 40 años de edad, el 25 de julio de 1936 ofreciendo su vida por Dios, por la paz en España y la conversión de sus perseguidores, y rezando repetidamente la Salve y la antífona O, spem miram, a Santo Domingo.

SANTIAGO FRANCO MAYO

            Nació en Santa María del Páramo (León) el 28 de marzo de 1905, bautizado el 31; ingresó en la escuela apostólica de Corias, profesó el 31 de agosto de 1921; estudió filosofía en Corias hasta 1924; cursó teología en Salamanca, sacerdote el 9 de febrero de 1930, lo recordaban como observante, obediente y buen religioso. Destinado después como profesor al colegio de Navelgas y dedicado también al ministerio en la capilla pública, gran consejero, destacó por la devoción al Santísimo Sacramento y a la Santísima Virgen.

            Fue martirizado, como queda dicho, en la noche del 17 al 18 de agosto de 1936 con el P. Celestino Alonso y compañeros. Aunque pudo salvarse fácilmente eligió el martirio antes de faltar a la obediencia. A lo largo de su etapa de estudiante se distinguió como buen religioso, sobresaliendo ya por su obediencia.

ISIDRO ORDÓÑEZ DÍEZ

            Nació el 15 de mayo de 1909 en Campohermoso (León), bautizado al día siguiente; confirmado en Aviados (León) el 2 de junio de 1914; ingresó en la escuela apostólica de Corias en 1920; profesó el 16 de agosto de 1926, y continuó los estudios filosóficos. Hizo la teología en Salamanca y recibió el presbiterado el 10 de julio de 1932; celebró su primera misa en el santuario de Nuestra Señora de Montesclaros (Santander) el 16 de julio de 1932. Posteriormente terminó estudios en el convento de San Esteban de Salamanca, y fue nombrado ayudante del maestro de novicios y sacristán. Fue después destinado a la escuela apostólica de Corias, como profesor y procurador. Enseñó latín, retórica e historia universal.

            Encarcelado con otros religiosos de la comunidad en el refectorio de los apostólicos; después llevados a Sama de Langreo entre insultos, amenazas, trabajos forzados y con frecuencia golpes. La conducta de los religiosos hasta su muerte fue ejemplarísima, llevando con profunda humildad todas las calamidades, rezando el rosario con mucha frecuencia, confesándose, confesando a los compañeros de cautiverio.

            Martirizado con los anteriores el 31 de agosto de 1936 en El Pinar de Lada, de Sama de Langreo, y arrojado su cadáver al pozo de una mina.

ELEUTERIO MARNE MANSILLA

            Nació en Gusendos de los Oteros (León) el 17 de febrero de 1909, bautizado el 20, confirmado el 4 de abril de 1911. A partir de los 14 años se dedicó a las labores del campo; en 1931, tras unas misiones predicadas por los redentoristas en su pueblo natal, se sintió llamado a la vida religiosa, y comenzó su noviciado como hermano cooperador en el convento de San Esteban de Salamanca; profesó el 28 de marzo de 1933 y lo destinaron a Las Caldas de Besaya. Toda su vida fue de gran ejemplaridad, muy devoto de la Santísima Virgen, estimado por todos como excelente hermano, piadoso, respetuoso, trabajador; su ocupación fundamental fue la de la cocina.

            Con sus hermanos de comunidad, maniatado y con un lingote adosado al cuerpo, fue arrojado al agua en la bahía de Santander en la noche del 22 al 23 de diciembre de 1936; su cadáver fue devuelto por el mar en la playa de Somo en la noche del 5 al 6 de enero de 1937; desde 1962 sus restos descansan en el santuario de Nuestra Señora de Las Caldas de Besaya.

ANTERO MATEO GARCÍA

            Antero Mateo García, nació en Valdevimbre (León), el 4 de marzo de 1875, primogénito de nueve hermanos. Fue bautizado el 6 de marzo con los nombres de Antero Marcelino Lucio y confirmado el 24 de mayo de 1887. Contrajo matrimonio con Manuela Trabadelo Malagón el 27 de enero de 1902 y se estableció por razones de trabajo en Cembranos (León), pero tuvo que emigrar a Barcelona en 1916 y se empleó en los Ferrocarriles del Norte. Junto con su esposa, ingresó en la orden seglar dominicana y fue miembro de la "Adoración Nocturna". En algunas peregrinaciones a Lourdes hizo de camillero para los enfermos y ejercitaba la virtud de la caridad visitando a los necesitados. Padre de ocho hijos, uno de los cuales fue Dominico y una Carmelita Descalza.

            En julio de 1936 sometieron su hogar a un registro. El 6 de agosto se desplazó a la estación barcelonesa de Francia para esperar a su esposa y a la hija Carmelita que llegaban de Valencia con otras religiosas más; lo detuvieron, aunque sus familiares lograron la libertad al cabo de unas horas. Recibió orden de incorporarse a su trabajo habitual en la estación de ferrocarril, llamada del Norte, pero el 8 de agosto no regresó ya al hogar. Al anochecer, un grupo de milicianos lo sacó violentamente de la dependencia donde prestaba servicio y lo condujo hacia Sant Andreu de Palomar (Barcelona) y, bajo el puente denominado del "Dragón", fue martirizado, a los 61 años cumplidos.

JESÚS VILLAVERDE ANDRÉS

            Nació en San Miguel de Dueñas (León), diócesis de Astorga, el 4 de octubre de 1877 y fue bautizado el día 12. Por traslados de su padre, capitán militar, estudió en el colegio de jesuitas de Salamanca y después en el seminario diocesano de Madrid. Ingresó en Ocaña e hizo su profesión el 4 de junio de 1895; recibió el presbiterado en Ávila el 26 de junio de 1903. Su vida sacerdotal estuvo marcada por un continuo movimiento y actividad como profesor y superior. Enseñó en el colegio de San Juan de Letrán de Manila (1905-1910); estuvo asignado al convento de Valencia antes de que fuera cedido a la provincia de Aragón restaurada; volvió a Filipinas en 1916, enseñó Teología y fue decano en la universidad de Santo Tomás de Manila, rector del mencionado colegio de San Juan de Letrán (1924-1927); antes prior de la comunidad de Rosaryville en Nueva Orleáns, EE.UU. (1921-1924); en 1934 prior de Santo Tomás de Ávila. Gran predicador, dejó escritos algunos sermones y un pequeño tratado sobre la Santísima Virgen.

            En el momento del asalto del convento del Rosario de Madrid, formaba parte de esta comunidad. Se refugió en casa de familiares próximos, donde oraba mucho, consolaba a la familia y les infundía confianza en Dios. En el momento de la detención, hacia la media noche del 15 de octubre de 1936, confesó que era religioso y estaba dispuesto a morir por Cristo. Llevado a la checa de Fomento de Madrid fue ejecutado al día siguiente, 16 de octubre. Tenía 59 años.


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