martes, 26 de mayo de 2020

Viaje accidentado en el Ferrocarril de La Robla


El tren se para. Estamos a pocos metros de la estación de Pedrosa. Los pocos pasajeros que se han montado en los pueblos cercanos y los extranjeros se impacientan. La vía está bloqueada por dos postes del tendido eléctrico – pensamos – caídos. «La otra vez, un burro muerto en la vía». ¿Habrá sido así desde 1890? En mitad del todo, Abedules y chopos miran con ramas asustadas. El protocolo burocrático se suma a nuestro viaje: llamada al mando, del mando a la autoridad, retén de retirada, levantamiento de los postes. En 1890, sería de otro modo: los pasajeros bajarían para levantar los postes. Tras 45 minutos, el pasaje es evacuado. En las vías observamos los postes caídos: su base está carcomída. Un inglés le señala a otro pasajero: «It´s like the country«. Enseguida percibimos lo sucedido: un camión junto al paso a nivel que se halla a treinta metros ha tocado el tendido derribando los postes. En el paso a nivel no hay indicación alguna de la altura a la que se encuentra el tendido. Al otro lado del paso, en el horizonte de la línea ferroviaria hay más postes tendidos. Seis. Todos ellos presentan un aspecto muy parecido al primero.





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