En el pueblo leonés de Boñar, en la torre de la iglesia se encuentra este curioso autómata que parece tocar las campanas.
El marqués de Astorga, contribuyó a la construcción de la iglesia de San Martín y regaló al pueblo el reloj de la torre en 1861, al que el pueblo dio el nombre de "El Maragato". Hoy en día lo cuida y arregla el mismo relojero que se encarga del mantenimiento del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, siendo trasladado en ocasiones hasta allí para una mejor reparación en caso de estropearse. En 1925, al ingeniero astorgano de la empresa de Talcos, Bernardo Crosa, se le ocurrió rematar la torre de la iglesia con un personaje vestido de maragato que, sincronizado en el reloj, daría las horas con un martillo. Contó para ello con el buen hacer de Desiderio Cañón, un carpintero del pueblo que lo construyó con madera de peral.
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