Si al romper la nieve la cuña hiciese descarrilar a la primera máquina, la segunda podía arrastrar a todo el conjunto hacia atrás. Cuando la ventisca acumulaba la nieve en las trincheras la cuña era incapaz de echar afuera tanto espesor de nieve. En esos momento los miembros de la brigada de vías y obras que acompañaban al tren echaban mano a las palas para espalar la vía a mano. A veces era necesario trabajar a diferente altura, pues una persona no podía llegar hasta arriba, cogiendo la nieve al nivel de la vía. Para que la nieve no se pegase a las palas y poder trabajar más rápido y sin tanto esfuerzo se embreaban las palas. Para ello se metía la parte metálica de la pala en el hogar de la locomotora y una vez caliente se frotaba con un trozo de brea. Esta operación se tenía que repetir a medida que la nieve iba haciendo desaparecer la capa de brea.
Quitanieves en Arija el 16 de enero de 1960. La máquina con el quitanieves avanza hacia la persona que hace la fotografía.
Dos locomotoras americanas, unidas por los tenders, llevan delante la cuña quitanieves.
Pareja de locomotoras General Electric limpiando la vía de nieve en el puente sobre el río Trueba en Espinosa de los Monteros (Ricardo Arroyo 02 - 04 - 2004 / Portada de la revista Carril - Abril 2006)
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