Desde la ventana de mi salón veo el Este del mundo y hacia el Noroeste, cuando la niebla y la contaminación no lo ocultan, el Montseny, que hoy y desde hace unos días está nevado.
Uno de estos días de invierno, al atardecer, las estelas blancas de los aviones se sonrrosaban con el sol de la tarde.
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