jueves, 5 de diciembre de 2019

La nevadona de 1888


No fue una única nevada, sino una sucesión de varias de ellas que afectaron de lleno el área cantábrica durante algo más de un mes, entre mediados de febrero y mediados de marzo de 1888. Durante aquel período se encadenaron distintas entradas de aire frío de origen polar y las citadas nevadas, alguna de ellas de varios días seguidos de duración, acumulándose unos espesores de nieve impresionantes. La persistencia de un flujo muy marcado del norte, con un elevado contenido de humedad, sobre el Cantábrico, fue el factor clave que permitió la sucesión de esas grandes nevadas, intercaladas por breves períodos de calma en los que la nieve daba paso a fuertes heladas. Tan impresionante temporal invernal fue uno de los últimos coletazos de la Pequeña Edad de Hielo en España y en otras muchas zonas del hemisferio norte. En marzo de ese año tenía lugar una gigantesca tempestad de nieve en el noreste de los EEUU, dando lugar en Nueva York a la mayor nevada jamás registrada en la ciudad.

Locomotoras mineras


Una de las primeras locomotoras de vapor que sirvieron en la Vasco vino del antiguo ferrocarril de Valladolid a Medina de Rioseco, donde volvió en 1994. Hoy luce en un parque de la Ciudad de los Almirantes.

Algunas imágenes de La Robla


A mediados de los años 50 se decide la construcción de una fábrica de cemento en La Robla. Esta instalación será adjudicada a Hullera Vasco Leonesa con el proyecto realizado por Antonio del Valle Menéndez. Se apuesta por un proyecto de planta de vía húmeda que exigió una inversión de 200 millones de pesetas y cuyos derechos de explotación se cederán a una empresa constituida en 1958 denominada Sociedad Anónima Cementos La Robla, cuyo primer presidente será Emilio del Valle Egocheaga. El grupo Masaveu compra Cementos La Robla en 1968 con la intención de aumentar su cuota de mercado.

Estación de Matallana en los años 80


El edificio de la Caja de Ahorros no parece estar construido.

Ferrocarriles de vía estrecha


En la página Ferrocarriles de vía estrecha, podemos ver esta fotografía de la estación de La Robla.


Cuatreros de futuro en el tren de Matallana...


«Subimos a este tren algunos hombres / por motivos diversos. // Éste es un tren de campesinos viejos / y de mineros jóvenes. / Se ve algo que une / más que la sangre y la amistad. / Es una cosa del cuerpo y del alma. // Cruzan los pueblos de sonido humilde:/ Pardavé, Pedrún, Matueca... // Cuando bajo del tren, siento frío. / He dejado mi casa. Ahora estoy / solo. ¿Qué hago aquí?, / ¿quién me espera en este lugar excavado en el silencio? / No lo sé; con el tren se aleja / algo que es cierto aunque no puede ser pensado; / es algo mío y no me pertenece./ Está dentro y fuera de mi corazón».

Estación de Luchana


Fotografía de skyscrapercity. Se puede ver una plataforma portacontenedores estacionada.


Centro de Interpretacion del Ferrocarril de La Robla en Mataporquera


El C.I. de La Robla recorre por medio de paneles y pequeños audiovisuales toda la historia del ferrocarril hullero de La Robla, desde el comienzo de su construcción a finales del siglo XIX, pasando por sus momentos de explendor comercial y viajero hasta 1960 y, planteando su realidad y usos actuales. Visita aconsejable para los amantes del ferrocarril y los curiosos de la historia de la Cordillera Cantábrica. Lo mantienen y lo enseñan socios de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Mataporquera con una valiosa dosis de hospitalidad. Algunos de estos anfitriones, a la vez fueron como ferroviarios, protagonistas de lo que se cuenta.

Estación de León nevada


Esta fotografía aparece en un artículo del Boletín de antiguos alumnos dominicos de La Virgen del camino, junto con algunas anécdotas del ferrocarril.

Puente sobre el Torío en invierno


En la página "León Olvidado" se muestran fotografías de algunos puentes ferroviarios leoneses.

Trenes en La Robla


Viejo tren de viajeros en La Robla.


Choque de dos trenes entre Santibañez y Cuadros


En el periódico "La Vanguardia" del jueves 18 de diciembre de 1930 se da cuenta de un grave accidente ferroviario ocurrido el día anterior, con el resultado de 12 muertos y 18 heridos. Ese mismo día se iba volviendo a la normalidad, después de una huelga general convocada el 15 de diciembre en apoyo de la fracasada sublevación de Jaca del 12 de diciembre.

Sergio Boixo


El informático y filósofo, de origen leonés, Sergio Boixo ha sido una pieza central en el equipo de Google que ha reducido a minutos un cálculo que requiere siglos.

Un ordenador cuántico puede funcionar mejor que un supercomputador convencional. Esta frase, tan sencilla de escribir, es una proeza que ha llevado décadas de trabajo y contribuciones de docenas de investigadores. La comunidad científica intuía que se podía alcanzar, pero nadie había cruzado esa frontera. El pionero que planeó el camino es un informático cuántico español de Google, Sergio Boixo: “Estamos explorando nuevas fronteras científicas donde nunca hemos hecho experimentos antes, nos sentimos pioneros”, dice en conversación con EL PAÍS desde Mountain View (California).

Locomotoras de vapor en la estación de Matallana


En la página The Transport Library, se encuentran dos imágenes, para mi, desconocidas de locomotoras de vapor en la estación de Matallana, en la linea de La Robla a Valmaseda.

Locomotora Olavarri de Hullera Vasco leonesa


En el año 1888, el grupo empresarial The Algeciras/Gibraltar Railway y Cº Ltd quiso conectar Gibraltar con la red ferroviaria española. Para la ejecución de esta obra de gran magnitud, la compañía adquirió dos locomotoras tanque de rodaje 030 –conocidas popularmente como ‘de albarda’- a la prestigiosa factoría inglesa de Robert Stephenson. Una vez finalizadas estas obras para la conexión con la red española la primera máquina, por número de fabricación, fue vendida a la Hullera Vasco-Leonesa que la bautizó como ‘Olabarri’.


Las minas de Santa Lucía de Gordón, de la Hullera Vasco Leonesa, estaban conectadas con los cargaderos de la Compañía del Norte mediante una línea férrea. Hasta los lavaderos llegaba un cable aéreo procedente de Ciñera. Para el tan necesario transporte de carbón y trasiego de vagones entre el lavadero y las vías de la Compañía del Norte, y posteriormente con Renfe, se emplearon hasta tres locomotoras adquiridas de segunda mano. La primera fue la Sagarmínaga construida por Sharp Stewart en 1887, la segunda la Amézola construida por Sharp Stewart en 1889, y la tercera la locomotora Olabarri fabricada en 1882 por Robert Stephenson. La locomotora Olabarri fue empleada en el apartadero de Ciñera, y una vez dada de baja fue trasladada a las instalaciones de Santa Lucía.

En mayo de 2019 la "Olabarri" fue restaurada exteriormente e instalada en una zona recreativa de La Robla.

La tunecina 183 en la estación de León


El Museo del Ferrocarril de Asturias realizó una exposición con motivo del 125 años del Ferrocarril de La Robla. Esta es una de las fotografías del documental que se proyectó entonces.