lunes, 5 de agosto de 2019

Exhumación de tres milicianos en Canseco


La ARMH llevó a cabo, el 18 de junio de 2018, la exhumación de tres milicianos del ejercito popular muertos en combate días antes de que las tropas nacionales tomaran la localidad. Algunos historiadores citan la entrada de los tropas sublevadas en Canseco y la zona de Villanueva de Pontedo el 20 de octubre del 1937. Los tres hombres cayeron muertos sobre el 15 de octubre de 1937.


La ARMH baraja estás posibles identidades de las víctimas, una vez recogidos los testimonios de las familias, vecinos y revisar los libros de defunciones del Municipio de Cármenes: Tomás Fernández Fernández nació el 12 de abril de 1906, estaba casado y tenía tres hijos. Trabajaba como maquinista de ferrocarriles y estaba afiliado a la C.N.T. Tras la caída del frente norte de León, murió en acto de combate en Canseco, con 37 años de edad. Según el acta de defunción de 1939 data su muerte el 16 de octubre de 1937. A modo de curiosidad, en la misma acta, sitúa la inhumación de su cuerpo en San Andrés de Linares; su familia niega rotundamente este hecho. Antonio Flórez González, vecino y natural de Peredilla de Gordón, nacido el 25 de mayo de 1905. Según el acta de defunción de 1979, su viuda data su muerte el 15 de octubre de 1937 y la inhumación de su cuerpo en Canseco. Pedro Antonio Gutiérrez Rodríguez, vecino y natural de Llombera de Gordón, nacido el 1 de diciembre de 1915. Según el acta de defunción de 1979, su familia data su muerte el 14 de octubre de 1937 «alcanzado por una bala en la guerra» y la inhumación de su cuerpo en Cármenes. Sus descendientes aseguran que está enterrado en Canseco. Bienvenido Camporro Rodríguez nació en Riaño-Langreo, el 27 de julio de 1908, estaba casado y residía en Pueblo de Ablaña (Mieres) en el momento en que el ejército franquista entró en Asturias. Ese mismo año 1937, Bienvenido había sido incorporado al Batallón Ferroviario, en el «Hachu»-Mieres. Murió en acto de combate en Canseco (León) a los 28 años, según su familia el 2 de octubre de 1937. Hace varios años el hijo de Tomás Fernández Fernández, soldado republicano, contactó con la ARMH con el propósito de devolver los restos de su padre a Ciaño de Langreo (Asturias) para descansar con los de su viuda.

Los últimos pasos del soldado asturiano poco antes de la caída del Frente Norte fueron plasmados en varias cartas dirigidas a su mujer, Carmina Fernández y a su hijo Tomás, desde Villanueva del Pontedo (León) dónde puntualmente informaba a su familia de los cambios de localización en el Batallón 249. En el año 2012 la ARMH se puso en contacto con el Presidente de la Junta Vecinal de Canseco, Javier Morán, donde este indicó el lugar exacto de la fosa común y comentó como los mayores de la localidad recordaban que los restos de los tres soldados fueron trasladados al cementerio a lomos de un burro. El representante de la Junta Vecinal aseguró en su momento que la fosa siempre fue respetada por los vecinos y vecinas, ya que el día de difuntos siempre había una familia que depositaba un ramo de flores en la misma.

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