domingo, 2 de septiembre de 2018
El chocolate en León
El chocolate de América llegó a Europa por España. Fuimos descubridores y monopolio. Hoy el negocio y prestigio chocolatero es cosa de suizos y belgas; de sus obradores no cesan de salir excelencias, novedades y conquistas. Aquí les miramos pasmaos el alarde y pagamos su lujo. ¿Cómo es posible que nos arrebataran el decanato?
León, maragatos delante, tuvo cuatrocientas fábricas de chocolate grapadas a su historia (el marqués de Astorga tenía privilegios en la importación del cacao). ¿Y dónde están? ¿Llegó alguna a nivel suizo? ¿Qué fue de ellas?... Recordarás el olor dulzorro de las últimas en esta ciudad: Chocolates El Mago, Jualo, La Industrial Leonesa y, claro está, el chocolate espeso de la Viuda de Casimiro Díez. Se fabricaba chocolate hasta en Santa María del Páramo. Se estima que a principios del XX operaban a la vez en la provincia unos cincuenta fabricantes de chocolate, cincuenta marcas, qué frenesí. ¿Y qué les pasó? La Guerra segó a la mitad. El resto se fue durmiendo en la rentable pequeñez de su obrador familiar o de dos empleos. Algunos seguían moliendo el cacao a brazo como en el siglo XVI y era frecuente que fabricaran a la vez velas, mantecadas, escobones de urz o lo que fuera. Se conformaron con su minifundio industrial. Nunca intentarían cambiar. «Chocolate de hacer» y se acabó... y el chocolate leonés, que ya era recio de por sí, se quedó antiguo y basto, acazurrado en su taza.
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