jueves, 2 de agosto de 2018

Locomotora Baldwin "La Robla"


En 1898 el Ferrocarril de La Robla adquirió en Estados Unidos, seis locomotoras Baldwin tipo “Consolidation” rodaje 1.4.0. En total fueron 16 máquinas adquiridas entre 1898 y 1917.


La Nº 45 en Mataporquera en 1962. Fotografía de Lawrence G. Marshall.



En esta fotografía se puede ver la puerta de la derecha de la cabina abierta. La barra inclinada que se ve al lado de la caldera es la del mando de la distribución, que permite la marcha hacia adelante y hacia atrás de la locomotora.


El maquinista y el fogonero podían salir por una de estas puertas y avanzar por la pasarela de chapa para acceder a la parte superior de la caldera, arenero, toma de vapor, silbato, válvula de seguridad, etc.


Tren mixto con una locomotora Baldwin. Fotografía de Harald Navé.


Locomotora Baldwin en el puente giratorio de Valmaseda. Fotografía de Xavier Santamaría.



La serie de locomotoras 41 a 56, con rodaje 140, conocidas entre los ferroviarios como "las americanas", fue el primer material con ténder remolcado en el parque de la Compañía.

El rendimiento sería óptimo, a pesar de u tendencia, muy americana, al consumo excesivo. No fue, sin embargo, su previsible bondad lo que motivo la adquisición de las primeras.

En efecto, en 1897 la Compañía del ferrocarril de La Robla precisaba con urgencia material tractor, pues se esperaba un incremento del tráfico, y ya estaban en servicio un amplio lote de vagones carboneros de reciente construcción. Se solicitó información a diversas casas de Francia, Alemania, Bélgica e Inglaterra, pero el plazo de entrega variaba entre los 16 y 24 meses. La "Baldwin Locomotive Works" de Estados Unidos, las construía y tenía embarcadas para sus transporte en puerto americano ¡a los 60 días!. Son las maravillas de los sistemas americanos de construcción, basados en la existencia de modelos ya elaborados, solo a la espera de sus detalles finales. Como quiera que las piezas (salvo las específicas) estaban ya en stock, solo se precisaba diseño final y montaje.

De esta forma, a los sesenta días justos, en mayo de 1898, se recibe la notificación del embarque, totalmente acabadas.

A pesar de tal eficiencia, sus novedosos sistemas y la rareza del material americano en la vía estrecha española, despertaban ciertas reticencias. Fuentes de la Compañía manifestaron que, de no ser por el brevísimo plazo de entrega, se hubieran encargado locomotoras de diseño parecido a Sharp & Steward, pues existía satisfacción ante el resultado de las pequeñas 131 T. Y todo ello a pesar de que las americanas costaron en total 13.080 libras (591.547,60 pesetas de entonces) mientras que las seis inglesas se ofertaban a 16.200 libras (732.564 pesetas en total). Los americanos, eso si, exigían el pago casi al contado para la entrega del material; el medio millón largo preciso se obtuvo por medio de créditos personales de los accionistas.

Los buenos resultados proporcionados por las locomotoras  propiciaron que, en 1901, su número se incrementase en otras ocho, adquiridas por vía indirecta. Se usó un sistema equivalente al moderno "leasing", por medio de una sociedad financiera de bienes de equipo (La S.A. Auxiliar de Ferrocarriles) que, curiosamente, se formó por aquellas fechas. Adquiridas por esta entidad, se arrendaron a Robla nada más ser recibidas, pasando a ser propiedad de la Compañía en 1906, tras la amortización del, por cierto, gravoso alquiler.

La serie se completa durante la Guerra Europea, cuando el vertiginoso incremento del tráfico exigió nuevo material, de imposible adquisición en la Europa bélica. Así, Baldwin construye en 1917 otras dos más. El suministro se contrata de nuevo en régimen de arriendo, con la sociedad "Industria y Ferrocarriles", tan ligada a Robla como sabemos. Este alquiler permanecerá hasta después de la Guerra Civil.

Estas dos últimas locomotoras, ya desde fábrica, y al parecer por expreso deseo de la Compañía, tenían instalado un cambio de marcha por palanca, frente al husillo que portaban las restantes.

Locomotoras de mercancías, servirían este tráfico hasta la llegada de las primeras Diesel en 1961, momento en que empezarían a ser retiradas. En 1967, eran la serie más mermada, quedando solo la 48 y la 51 en servicio.

Pocas reformas sustanciales sufrirían a lo largo de su vida activa. Por ejemplo acabó desapareciendo en varias de ellas la corona de la chimenea como producto de sucesivas reparaciones generales. Otras modificaciones que alteraron su típico aspecto americano, fueron la eliminación del apartavacas y la modificación de ventanas.

De forma marginal, pues afectó a muy pocas, el ténder original se sustituyó por el unificado de Robla, más ligero y corto, pero de mayor capacidad.  Que sepamos lo llevaron la 41 y la 50.

En Thingiverse podemos encontrar un modelo de esta locomotora a escala 1:20.

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