En un clima tan extremo y traicionero como el de la montaña leonesa siempre ha sido dificil conseguir fruta de manzanos, perales, cerezos, etc. Es frecuente que los árboles florezcan tempranamente aprovechando algunas semanas templadas y soleadas de final del invierno, pero las heladas que pueden caer hasta en algunos días de mayo, frecuentemente acaban con esas flores o los incipientes frutos. Solo algunos ingeniosos y esforzados vecinos lo conseguían regularmente usando dos tipos de técnicas.
En algunas casas recurrían a tapar los árboles en los días de riesgo de heladas con colchas u otra ropa de cama, y en este traginar de tapar y destapar esos árboles de sus huertos conseguían la fruta que de otra manera no llegaba a los pueblos.
Se cuenta que Alonso el panadero del Barrio de la Estación, allá por los años 50, presumía de comer todos los años peras de un peral que cuidaba personalmente y que no compartía con nadie. "Si alguien quiere peras que las cuide" decía el buen señor. Su método consistía en echar unas paladas de brasas del horno de pan cubiertas con algo de ceniza para que en los días de riesgo de heladas fueran humeando y levantarán la húmeda helada del árbol. No cabe recordar que para la gente de la zona no es difícil saber, viendo como es la tarde, si a la noche helará o no.
Helada terrible la del 28 de abril de 2017.
ResponderEliminarQue pena y tristeza ver todos los frutales quemados y el lúpulo...las patatas...el msiz