A principios del siglo XX en la zona se fue gestando una incipiente organización sindical de tendencias socialistas. Durante la revolución de octubre del 34 los obreros asaltaron, al amparo de la noche, el cuartel de la Guarcia Civil de Matallana, que en aquel entonces se encontraba en un edificio frente a la estación de ferrocarril, al lado de la cantina y fonda "La Palma". Según cuentan las crónicas de la época los guardias civiles se encontraban en Asturias en apoyo de las fuerzas allí destacadas. Parece ser que fueron las mujeres de los guardias las que repelieron el ataque, impidiendo que los asaltantes, que sin duda dispondrían de poco armamento, consiguieran su objetivo. Para preparar el ataque se desplazaron unos vagones frente al cuartel, para que sirviesen de parapeto, por esta razón, en los días sucesivos el jefe de estación fue investigado para establecer su grado de participación en los hechos. De resultas de la refriega murió uno de los asaltantes, abandonando el resto la zona de operaciones al amanecer.
La Guardia Civil escolta un grupo de prisioneros tras fracasar la revolución en Asturias.
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