viernes, 26 de agosto de 2011

Getino

Getino se encuentra en la carretera que lleva a Cármenes. Al núcleo del pueblo se llega por una corta carretera que sale desde la Venta (Venta Amador), enfrente de la carretera de Gete.

Enfrente del puente se encuentra la Venta de Amador.

Entre las praderas están algunas casas de factura moderna.

De hecho no hemos entrado en el pueblo de Getino, unos perros con malas pulgas nos han quitado las ganas.

Vista de la montaña de Gete.

La carretera va bajando hacia el Torío.

Paseando por Gete

A Gete se llega por una corta carretera que sale desde la Venta de Getino (Venta Amador), después de subir a un alto en el que se encuentra la ermita del Pandillo. El pueblo está protegido del norte bajo la peña y en un valle con abundante agua.

Calle del pueblo mirando hacia el norte.

En verano es un lugar muy apacible. En invierno la nieve debe alcanzar un grueso considerable.

Desde lo alto del pueblo se puede ver el valle del Torío.

Las piedras resisten mejor que la madera el paso del tiempo.

Estamos en el centro del pueblo. Al lado corre el arroyo en donde antaño había un molino.

Algunas casas tienen los dinteles y las esquinas de piedra labrada.

Esta casa se construyó en 1889.

Detrás de los muros estaban los corrales.

El "Cuadrao" pasea por las calles de su pueblo.

La iglesia está en un alto, después de las antiguas escuelas.

El portal de la iglesia, en verano, es sombrío y acogedor. Es un buen mirador sobre el valle.

Vista del pueblo desde el portal de la iglesia.

Una vista bucólica desde el portal de la iglesia.

Buen sitio para leer y meditar.

En la pradera un árbol añade un poco más de sombra.

Espadaña con sus dos campanas.

Vista del pueblo desde la espadaña de la iglesia.

Ermita del Pandillo, en los límites del pueblo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Un Citroën 2CV

Al final del pueblo de Rodillazo un vecino tiene aparcado este bonito Citroën 2CV. Hace muchos años la publicidad de la marca decía que estos coches eran para gente encantadora...

Vista posterior del mismo coche.

Este coche tiene los cromados y todos los complementos impecables.

Fósiles en Rodillazo

En el faedo de Rodillazo hemos encontrado estas piedras sueltas formadas por multitud de pequeños fósiles.

Aquí se pueden apreciar mejor.

Miles de cuerpos cilíndricos y petrificados.

Setas en el faedo de Rodillazo

En la humedad del bosque de hayas las setas se desarrollan más fácilmente.

Esta seta, saliendo de un tronco podrido, dejó dentro de si un pequeño palo que se encontró en su camino.

Sobre los excrementos de un caballo han salido multitud de setas.

Más que un sombrerete parece un casco integral.

Tronco caído recubierto de setas.

Una de estas setas arrancada de su pie.

Las setas de los excrementos de caballo vistas desde arriba.

Otras setas de la madera un poco pasadas.

Por el faedo de Rodillazo

Los hayedos, en la umbría de los valles de la montaña son zonas agradables para el paseo en verano. El de Rodillazo no es una excepción.

Por la carretera nos encontramos con unas vacas y algún ternero.

El pilón del pueblo de Rodillazo está cubierto y tiene un agua fresca y rica. Hace años aparte de lavadero y abrevadero de las vacas, servía para enfriar las lecheras de la leche recién ordeñada.

Desde el pilón, este camino nos lleva a cruzar el arroyo y al camino de la pradería y el hayedo.

Un pequeño puente nos permite cruzar el arroyo, en donde según dicen hay truchas.

Pasado el puente el camino sigue por entre corrales.

En los lindes de las praderas hay hayas cubiertas de musgo.

Por aquí cerca pastan las vacas.

Este verano ha sido seco, pero aquí el agua no falta.

En el pueblo una placa nos recuerda que hace años pusieron la luz y el teléfono.

Al fondo se ve el valle del Torío.

Un claro en el bosque.

El pueblo que se ve abajo es Tabanedo.

Esto lo dejó un caballo y después salieron estas bonitas setas.

El pueblo de Rodillazo entre los picaculos.

El camino nos conduce al arroyo en la parte alta del pueblo y al camino del Puerto del Marqués.

El banco de cemento del pilón es un buen sitio donde reponer fuerzas.